Este fue de los primeros poemas que me envió el Poeta Prostituto:
Es un sueño la vida, pero un sueño febril que dura un punto; cuando de él se despierta, se ve que todo es vanidad y humo... ¡Ojalá fuera un sueño muy largo y muy profundo! ¡un sueño que durara hasta la muerte!... yo soñaría con mi amor y el tuyo."
G. A. Bécquer